Nuestra aventura de esta semana comienza en la población de "Cortes de Pallás". Para llegar al inicio de esta aventura nos saldremos de la carretera principal, antes de llegar al pueblo, hacia la derecha, por una carretera bien señalizada. Aunque si llevamos "Google Maps", no tendremos ningún problema en encontrar el desvío. Después de unos 8km llegamos hasta el pequeño parking junto a la carretera bien señalizado. Después de los calentamientos habituales cogemos la pista de la izquierda y comenzamos a bajar hasta el lecho del barranco. Enseguida vemos las "Escaleras", donde empieza la subida.
La pendiente es bastante fuerte y larga, así que nos lo tomamos con calma. Esta senda desemboca en un camino forestal que cogemos hacia la izquierda. Llegamos hasta un mirador, donde hacemos una parada técnica para coger aire y de paso disfrutar de las vistas.
Seguimos subiendo disfrutando en todo momento de este bonito paraje hasta llegar al grandioso "Castillo de Chirel". Accedemos a este por la pequeña puerta de la muralla exterior, y recorremos el pasillo situado entre la doble muralla, para cruzar otra puerta y llegar al que debió ser el patio de armas de la fortaleza. Debemos andar con cuidado, ya que estamos muy cerca de vertiginosos acantilados y, además, hay algún que otro agujero en el propio castillo, como los dos orificios que dan acceso al aljibe.
Según los investigadores, la estructura actual del Castillo de Chirel tiene su origen hacia los siglos XIV y XV, cuando la fortaleza se encontraba bajo dominio cristiano. Con anterioridad, debió haber un castillo islámico en el mismo lugar, sobre el que se habría construido, o ampliado, hasta llegar al edificio que vemos en la actualidad. El Castillo de Chirel jugó un papel decisivo durante las revueltas moriscas posteriores a la Conquista cristiana, a partir del siglo XIII, la cuales se sucedieron hasta la expulsión definitiva de los moriscos del Reino de Valencia, en el año 1609. En este sentido, la fortaleza de Chirel sirvió de base de operaciones para los cristianos que se enfrentaban a los moriscos capitaneados por el caudillo musulmán al-Azraq, que tantos quebraderos de cabeza dio al rey de Aragón Jaime I el Conquistador. Tras la ya citada expulsión de los moriscos, a principios del siglo XVII, el castillo entró en estado de abandono. En torno a un siglo más tarde, sufrió los efectos de un terremoto hacia el año 1748, que acabaría destruyendo gran parte de la fortaleza. Hoy, el Castillo de Chirel conserva gran parte de su doble muralla y de su Torre Mayor, así como una parte de otros dos torreones. Además, contaba con un gran aljibe que también ha perdurado hasta la actualidad.
En nuestro afán de aventureros, salimos del castillo por el otro extremo para recorrer esta muela en busca de miradores naturales, menudas vistas...
Después de darle toda la vuelta solo nos queda volver por donde hemos venido y bajar tranquilamente hasta el coche, dando fin a una breve, pero intensa aventura por los alrededores de "Cortes de Pallás".
